La vida es muy puta, pero yo lo soy más aún.

miércoles, 22 de enero de 2014

Si quieres respeto tienes que ganártelo.

No podemos pretender que las personas actúen según nuestro parecer, pero en ocasiones pecamos de cierto desequilibrio mental denominado confianza, e incluso en ocasiones remotas, fe.
Puedes conocer años y años a una persona, que te fallará, es ley de vida.
Las personas que más quieres son las que más te dañan, pero.. ¿hasta que punto llegas a conocer a esas personas?
Cuando aprecias a alguien siempre sueles ver las cosas buenas y valorar los momentos felices, y aunque a veces salen a flote los defectos y discusiones, siempre suele compensar.
Siendo sinceros, no estamos hechos para pasarnos la vida compensándonos y mucho menos conformándonos con sufrir por salvar al resto.
Todos tenemos un cierto límite, y este nos alcanza cuando nos decepcionan. Sí, nosotros no alcanzamos el límite, el límite nos alcanza a nosotros.
He querido creer siempre que si de verdad existe una relación especial entre ambas personas, por mucho que se acabe, cambie o se disperse esa química, jamás harás sentir a la otra persona como lo que de verdad sabes que no es.
Pero llegados a este punto, firmemente afirmo que la gente no tiene decencia alguna, y pido perdón, sobre todo a mi integridad, por pensar que alguien actuaría de manera recíproca y coherente tal y como hago yo.
Pedimos respeto pero, no habrá respeto si no te lo ganas.
No puedes venir contando cuentos a quien sabe de historias, ni intentando dejar mal a quien por dentro está totalmente completo.
Quiero pensar que la gente así es más feliz, tarde o temprano todo se sabe y la verdad solo escoge un camino. Pero a mi me da mucha penita..
No soy tan perversa de ir por ahí castigando a los que me fallan y dañan, ya tienen ellos bastante con saber de lo que son capaces, y eso es algo de lo que por mucho que quieran, no se desharán nunca.
No quiero etiquetar a nadie, ya lo hacen bastante bien ellos solos. Pero hay que saber distinguir entre las pelis que te montas y la realidad, entre la gente que merece la pena y la gente que la da.
Prefiero que me odien a que me tengan pena.
Y así será.
¿Queréis jugar sucio? Jugar. A mi me basta con mirar y esperar.
Amores, a todo cerdo le llega su San Martín.
Si pensáis haber encontrado a alguien diferente desconfiad, porque será más parecido al resto o peor.
Ya no me queda confianza en este mundo,
cavaros cada uno vuestra propia tumba,
yo os saludo desde aquí arriba.

XOXO   You know you love meeeeeeee

No hay comentarios:

Publicar un comentario