No podemos pretender que las personas actúen según nuestro parecer, pero en ocasiones pecamos de cierto desequilibrio mental denominado confianza, e incluso en ocasiones remotas, fe.
Puedes conocer años y años a una persona, que te fallará, es ley de vida.
Las personas que más quieres son las que más te dañan, pero.. ¿hasta que punto llegas a conocer a esas personas?
Cuando aprecias a alguien siempre sueles ver las cosas buenas y valorar los momentos felices, y aunque a veces salen a flote los defectos y discusiones, siempre suele compensar.
Siendo sinceros, no estamos hechos para pasarnos la vida compensándonos y mucho menos conformándonos con sufrir por salvar al resto.
Todos tenemos un cierto límite, y este nos alcanza cuando nos decepcionan. Sí, nosotros no alcanzamos el límite, el límite nos alcanza a nosotros.
He querido creer siempre que si de verdad existe una relación especial entre ambas personas, por mucho que se acabe, cambie o se disperse esa química, jamás harás sentir a la otra persona como lo que de verdad sabes que no es.
Pero llegados a este punto, firmemente afirmo que la gente no tiene decencia alguna, y pido perdón, sobre todo a mi integridad, por pensar que alguien actuaría de manera recíproca y coherente tal y como hago yo.
Pedimos respeto pero, no habrá respeto si no te lo ganas.
No puedes venir contando cuentos a quien sabe de historias, ni intentando dejar mal a quien por dentro está totalmente completo.
Quiero pensar que la gente así es más feliz, tarde o temprano todo se sabe y la verdad solo escoge un camino. Pero a mi me da mucha penita..
No soy tan perversa de ir por ahí castigando a los que me fallan y dañan, ya tienen ellos bastante con saber de lo que son capaces, y eso es algo de lo que por mucho que quieran, no se desharán nunca.
No quiero etiquetar a nadie, ya lo hacen bastante bien ellos solos. Pero hay que saber distinguir entre las pelis que te montas y la realidad, entre la gente que merece la pena y la gente que la da.
Prefiero que me odien a que me tengan pena.
Y así será.
¿Queréis jugar sucio? Jugar. A mi me basta con mirar y esperar.
Amores, a todo cerdo le llega su San Martín.
Si pensáis haber encontrado a alguien diferente desconfiad, porque será más parecido al resto o peor.
Ya no me queda confianza en este mundo,
cavaros cada uno vuestra propia tumba,
yo os saludo desde aquí arriba.
XOXO You know you love meeeeeeee
No hay comentarios:
Publicar un comentario